Es tarde, pero no podré conciliar el sueño si no me deshago primero de este nudo que se instaló en mi garganta, este nudo que me ahoga e inunda mis ojos con lágrimas de dolor... preguntandome porqué... porqué tuve que entregar tanto otra vez... porqué creí.... porqué abrí "esa" puerta que acordamos no abrir.
Bueno, todo se debe a un conmovedor pero hermoso cuento llamado La Joven de Las Naranjas,
una historia de amor, de la vida, de la esperanza y también de la muerte...
Una carta de amor escrita a un hijo, que debe ser leída en 10 años más...
Una forma de ver, o mas bien, de sentir la vida como debe ser... sintiendo la belleza de la naturaleza, de los sentimientos, de la esperanza, del amor...
A donde van a parar los sueños cuando se van... cuando mueren pisoteados por la desilusión y la desesperanza...?
Como vuelve uno a soñar después de caer tantas veces por el mismo abismo....
Me niego a reconocerlo.. pero creo que finalmente, mi corazón está sucumbiendo a endurecerse por que no quiere sufrir más....
Me reuso a cambiar! perderé mi escencia! dejaré de ser yo!
Pero, que puedo hacer?
Tampoco quiero sufrir más y la vida cada vez me da menos oportunidades para volver a creer,
para volver a entregar todo de mi sin miedo alguno a equivocarme.
Aun sobrevive la soñadora que hay en mi. Aquella persona que cree en el amor mutuo, incondicional... en ese amor que se expresa cada segundo porque brota por los poros... se respira... se huele.... se siente
Y sobrevive porque aun, ese sueño, de vivir ese amor correspondido, mutuo e intenso... improbable por lo demás, no ha muerto.
Aun vive esa esperanza en mi.
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